En general nuestra experiencia en el mundo de los bonsái comienza cuando alguien nos regala uno o cuando no podemos frenar el impulso frente a estas pequeñas maravillas y compramos uno. También puede suceder que plantemos unas semillas o unos esquejes y de repente nos surja la brillante idea .¿y si lo hago bonsai?
En el primero de los casos leemos la etiqueta con atención varias veces, y quizás hasta compremos un libro o busquemos a internet y... el abismo se abre bajo nuestros pies. La sensación es la de que se trata de seres muy complicados, delicados, que necesitan unos cuidados especiales para no morir.
Nada más lejos de la verdad.
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